Todavía está en el aire y se habla del emotivo desfile de la colección prêt-à-porter de Chanel para el otoño-invierno europeo 2019-2020.
Risas y lágrimas. Para recordar a Karl Lagerfeld, silencio absoluto y música de David Bowie. No faltó el tweed clásico de la maison, paranuevos estilos que reinventan cada vez el clásico que revolucionó la historia de la moda del siglo XX. En la pasarela del Grand Palais, convertido en una estación de esquí en un pueblo de la montaña, los accesorios también generaron suspiros de admiración y se convirtieron con rapidez en objetos de deseo.

Los bolsos son, sin duda, un capítulo aparte. Los emblemáticos estaban allí renovados y frescos: el icónico 2.55 es una joyita acolchada en neón naranjo, imperdible en el fondo blanco de la montaña nevada. Su “hijo”, el 11.12, en una versión congelada gracias al efecto del bordado con lentejuelas, también generaba comentarios. El bolso Gabrielle, esta vez en una versión muy invernal en cuero y tweed a cuadros, se mezclaba armoniosamente con el novedoso bolso rígido, con forma de cabinas de teleférico y creado con toques de pedrería que resplandecían mientras las modelos caminaban. Las carteras en piel sintética y colores llamativos fueron también un accesorio que atrapaba el interés de los invitados.
Las bufandas extragrandes, las bandanas, las riñoneras estilosas con el monograma de la casa -que se vio también en collares pulseras y aros-, los sombreros fedora en tweed, cada detalle le daba un valor agregado de estilo a los más de 70 looks que se veían atrevidos, modernos y sofisticados. Los collares, mientras más largos mejor, y sobrepuestos en distintos largos y de distintos materiales, desde perlas a cuentas plásticas, acertadísimos.
Y para el pelo, Sam McNight -el estilista histórico de la marca-, les dio a las modelos un estilo super sencillo y femenino, con partidura al medio y medio-moño sujeto con delicadas trabas de inspiración invernal, elaboradas con cristales, perlas, plumas, telas, y con motivos como copos de nieve o pequeños botines para patinar en hielo, otras como delicadas camelias o con el nombre mismo de CHANEL.
Con seguridad se convertirán en la tendencia que se verá en la próxima temporada fría en Europa.