IRIS APFEL

La adolescente de más años

Tiene más de 90 años y es un auténtico ícono de estilo y actitud de vida. Con una historia interesante, un estilo propio y una personalidad encantadora Iris ha inspirado no solo uno de los documentales de arte y diseño más inspiradores de Netflix, sino también una Barbie y el MET le dedicó una exhibición en el 2005 con más de 900 piezas entre ropa y accesorios de su armario.

Sus gafas negras, redondas y anchas son una inconfundible parte de la imagen de Iris Apfel, una auténtica referente de la sociedad neoyorquina de 98 años recién cumplidos, y que ha sido parte del corazón estiloso de la Gran Manzana donde ha marcado tendencias por ya varias décadas.

Su mente clara, el aprendizaje de una vida de experiencias y sus palabras entusiasman a quienes la ven y la oyen. “Si no eres hermosa, tienes que aprender a ser atractiva. Todas las niñas lindas que fueron conmigo a la escuela terminaron por ser horribles, porque se confiaron en sus caras y nunca aprendieron a ser interesantes, declaró hace unos años al periódico The Guardian.

Decidida, cuenta su biografía, fue la primera mujer en los Estados Unidos que usó jeans. En 1950 en una tienda militar, Iris insistió incansablemente hasta conseguir que le vendieran un par de vaqueros, que se transformaron en una de sus prendas más apreciadas: “No soy una fashionista y no suelo vestirme de manera formal. Usualmente si estoy en casa, estoy usando una bata. La mayor parte del tiempo, si estoy trabajando o ando por ahí, trabajo en jeans. Realmente no me visto de manera formal a menos que sea una ocasión especial. Amo la moda, creo que es maravillosa, pero no es mi vida. Pienso en la película que muestran, tengo varios otros canales que son más importantes”, contaba hace un tiempo.

Nació en Queens, Nueva York, fue hija única y sus padres eran judíos. Él era diseñador de espejos y su madre, nacida en Rusia, fue su gran fuente de inspiración; dice que de ella aprendió a vestirse, a invertir el dinero de manera bien pensada y a comparar antes de decidir. Orgullosa de ellos, con cálidas palabras ha contado que a ellos les debe “el sentido del humor, de la curiosidad y de la aventura. Mi padre era intelectual y hábil en la calle. Mi madre fue increíble para su tiempo: estaba en la Escuela de Leyes cuando quedó embarazada de mí, así que tuvo que renunciar, pero entró en el negocio de las tiendas de moda y me enseñó tantas cosas”.

Allí comenzó Iris a familiarizarse con el mundo de la moda, de los colores y diseños que luego utilizó en su exitosa carrera como decoradora de interiores. Ella misma cuenta que cuando tenía unos 11 o 12 años su madre le dio 25 centavos para comprar una tenida para el Desfile de Pascua; esa fue la primera gran compra de su vida. “Compré un hermoso vestido color damasco pálido, un sombrero de paja y un par de zapatos, y todavía me quedaba dinero para un café y el almuerzo”, ha contado.

Encantado con el espíritu libre y la originalidad de Iris, Albert Maysles decidió hacer el documental “Iris” dedicado a la vida y experiencia de la diseñadora y fue su último trabajo antes de morir. En él, el legendario Maysles quiso celebrar las formas en que la completa originalidad de esta nonagenaria ícono del estilo toca cada parte de su vida. Ella es sin duda una vibrante excepción en tiempos en que muchas veces el estilo pareciera ser guiado por el miedo a parecer distinto y salir “de la media”. No es el caso de Iris, durante toda su vida ella ha enlazado varias carreras desde su gusto hace explotar de la manera perfecta una cascada de colores, en un perfecto estilo muy suyo y exquisitamente atemporal.

Iris es probablemente una excepción en muchos aspectos. Si bien la historia de la civilización nos muestra que usualmente los ancianos suelen estar envueltos en un reconocimiento de sabiduría, la realidad los muestra muchas veces confinados en asilos y lejos “de la acción” especialmente en nuestros días. Los adjetivos que se les aplican con frecuencia son de ternura, pero también se les ve como entes pasivos y dependientes cuando se trata de relacionarse con los adelantos tecnológicos de la modernidad. No es el caso de Iris que supo ser fiel a sí misma y crease por 80 años hasta saltar a la fama mundial pasados los 80.

Hija de la Gran Depresión económica, Iris se declara fundamentalmente práctica a la hora de elegir sus tenidas y para ella es impensable usar una prenda solo una vez. “Me encantaba crear tenidas y todavía lo hago, solo no tengo el tiempo. ¿Cómo puedes usar algo solo una vez y nunca más? Incluso mi vestido de bodas; hice que me hicieran un vestido que pudiera usar nuevamente”, contaba hace unos años.

Su colección de accesorios y joyas es notable y curiosa pues incluye piezas que son demasiado preciosas y valiosas para ser usadas, así como otras compradas por casi nada. “Tengo una colección muy extraña: va desde lo sublime a lo ridículo. Tengo algunas muy importantes, valiosas, y tengo otras sin ningún valor, y me encanta mezclarlas todas juntas. Constantemente estoy comprando joyas ¡me encanta! Podría ser un pulpo y tener diez cabezas y no podría usarlas todas”, dijo a un medio hace un tiempo. Su joya favorita, sin embargo, es el anillo de Judío Errante que perteneció a su esposo Carl Apfel, y que compraron juntos en el cumpleaños de él en Dublín en 1958, y que siempre llevó hasta su muerte, hace unos años a días de cumplir 101 años.

La actitud de Iris ante la vida es notable. Su espíritu original, inquieto y creativo también lo es. Consultada hace un tiempo acerca de si seguía las tan sobrevaloradas alfombras rojas dijo: “En realidad, no. Es un estilo y todos lucen de la misma manera. De alguna forma es bastante triste, porque habrá una encantadora mujer en un pueblo pequeño que ve a Angelina Jolie en un vestido, luciendo deslumbrante, y ella comprará el vestido y lucirá lamentable. Creo que el peor error en la moda es mirar en un espejo a alguien más, lo que mucha gente hace. Piensan que un vestido les transformará. No se dan cuenta que son ellos mismos y su actitud. Porque eso es lo que es el estilo: actitud, actitud, actitud”. En el documental dedicado a ella esto queda más que claro cuando declara «Me gusta la individualidad. Está tan perdida en estos días. Hay tanta similitud, todo está homogeneizado. Lo odio».

Refiriéndose a la vida dice “en asombro comienza y en asombro termina. En estos días hay demasiada obsesión en hechos duros y fríos y tecnología. Yo creo que debería haber misterio y glamour”. No hay duda de que lo que mejor luce Iris es su personalidad, ese fantástico sentido del humor que tiene y esa magnífica actitud que traspasa culturas y edades. ¡Imposible no encantarse con ella!

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