Acercándose a los 60 años, la actriz de teatro, televisión y cine conversó con LiHKA de una de sus pasiones: el estilo y el vestir. Radiante y extrovertida, fan número uno de Santiago y de su centro, se define urbana y sofisticada y le encanta generar impacto con sus estilismos .

Terminando la adolescencia, a los 16 años un mundo se abrió a sus pies. “Comencé a salir con amigos gay que me deslumbraron con ese mundo sofisticado que yo adoraba pero que por mi edad no había experimentado. Me hicieron parte de él, era su regalona, musa, amiga y descubrimiento. Llegaba a los desfiles de moda, cócteles, inauguraciones, etc. y deslumbraba por alguna razón. Simplemente iba teniendo una forma de vestir poco común para mi edad”, nos cuenta. “Tenía un gusto innato y de ellos aprendí más de moda, maquillaje y tendencias que muchas mujeres mayores. Fue una época especial, fue la Era Disco, de la frivolidad, de la apertura a otras latitudes con solo ver televisión. Y comencé a tener cierto estilo que se fue perfeccionando con el tiempo en forma natural”.
Nacida en Madrid, Bárbara Mundt creció rodeada del amor y consentida como hija única por sus padres, el periodista Santiago “Tito” Mundt y la actriz Kanda Jaque. Con una madre muy elegante y cultivada y un padre de una pluma magistral e igualmente cultivado, Bárbara disfrutó de una infancia que ella misma califica de privilegiada. “Recuerdo que me llevaban a comprar ropa a boutiques del centro, donde vivíamos: polleritas escocesas, perlitas, cintillos, abriguitos de lana, zapatitos de charol… era la muñeca de mi mamá, por decirlo así. Y me fascinaba ver a las mujeres en el Municipal tan lindas y elegantes y recuerdo los aromas de los perfumes magníficos”, recuerda la actriz. En su casa no faltaban revistas de moda francesas y nacionales, desde VOGUE a COSAS, y así nació el interés y esa convicción de la importancia de “vestirse más que cubrirse”.
¿Cómo defines tu propio estilo?
“Urbano y sofisticado. Creo que sentirse bien dentro de tu cuerpo y luego dentro de tu ropa es la clave. Tendencias puede haber miles, pero estar verdaderamente cómoda se va adquiriendo con los años y es maravilloso; ir descubriendo, probando, jugando y sobre todo apostando contigo misma”.

¿Minimalista o “more is more, more is better”?
“No me encuentro muy minimalista. Adoro siempre llevar lo que llamo mi prenda estrella, ya sea unos aros de un color magnífico o un cinturón fabuloso, un sombrero o un broche de impacto. Si uso algo que creo espectacular no quiero que pase desapercibido. Me encanta que las personas volteen a verme. Creo que mi palabra clave es “impactar””.
¿Qué priorizas a la hora de elegir ropa y definir tu estilo?
“Seguir mi intuición es primordial. Volvemos a la regla de oro, conocer tu cuerpo y reconocer qué te va o no. Honestidad, ante todo. Hace unos 20 años que no compro NADA nuevo, salvo ropa interior. La calle Bandera y sus vintage, la Vega, ferias de las pulgas, simplemente tengo buen ojo y siempre encuentro tesoros. Da lo mismo si es del suelo, en mí sé que se verá fabuloso porque yo lo sentiré fabulosa. (…) Es un desafío, es un juego, es la búsqueda de diamantes donde la mayoría solo ve vidrio”

Admiradora absoluta de Coco Chanel, cada vez que viaja no pierde oportunidad de disfrutar de sus tiendas. “Coco Chanel tiene trascendencia. Atrapa y me encanta porque sus prendas te hacen sentir y ver bien. Poco estridentes, pero a la vez de impacto. Te da el look preciso y de femeneidad y pureza en sus propuestas. Adoro las perlas, sus famosos ríos de perlas. Es mi diseñadora icónica. Supo dar vuelta de campana a una moda que venía sosa e incómoda. De un plumazo diseñó looks impensables; se la jugó y triunfó”, comenta con un entusiasmo cercano a la pasión más absoluta. Dior, Jean Patou y Valentino están también entre los escogidos y entre los chilenos destaca a Jaime Troncoso, Marco Correa y José Cardoch cada uno en su estilo. “A Iván Grubessich lo destacaría porque experimenté estar en sus vestidos y fue como estar dentro de una nube y sentirme como reina. Además, me impresionó como mezcla telas, colores, texturas. Es un gran mezclador, cuyo resultado es siempre de impacto cosa que a mí me gusta”, confiesa.
¿Qué crees tú que hace que una mujer se sienta orgullosa de su edad en nuestros días y se desenmarque de la tendencia de anclarse en la nostalgia de los locos años 20 que todos hemos vivido?
“Precisamente la maravillosa edad, después de los 50, y la fabulosa época que nos tocó vivir. Cada cual se diseña desde su destino, su imagen y su vestuario. Se rompieron las reglas. Cada cual puede ser lo que le de la real gana y siento que es un orgullo venir ya con una historia, un cuento, un pedazo de vida y aún tener puertas que abrir y sorprenderse siempre. Cada mañana abrir tu closet ponerte la vida y salir por un día más”.
¿Qué prendas no faltan en tu armario? ¿hay algo que debas ponerte a como dé lugar, sí o sí, antes de salir de casa?
“Blazer negro y beige, zapatos reina, botas largas y neutras. Un little black dress, por supuesto, muchas blusas blancas, pieles, sombreros, pantalones pitillo, jeans, polleras de telas nobles, alguna locura a veces, vestidos, abrigos, chaquetas de tweed, buenos cinturones… y lo que más se pueda. Intercambiable o prendas claves para realzar otras menos protagónica. Y no salgo sin anteojos de sol, una cartera genial y aros, sin ellos me siento pilucha”.
Bárbara cuenta que jamás usaría parkas de ningún tipo ni botas a mitad de pantorrilla. Tampoco hay en su closet escotes “descomunales” ni zapatos con plataforma u otras piezas específicas y como ella muy bien lo define “ropa modesta e intrascendente ¡Me visto, no me cubro!”.
Delira por los accesorios, desde los aros en todas sus versiones -desde la clásica perla a los aros enormes-, hasta los brazaletes, anillos broches grandes, los sombreros y las preciadas gafas “onderas y siempre unas rojas, cortas y arregladas”, enfatiza.
¿Tu mejor consejo para disfrutar la vida y la moda sin que la edad sea siquiera tema?
“Sentir que cada día es un nuevo todo. Reinaugurarme cada día, vestirme linda según mi gusto y estilo. Disfrutar cada segundo, sentirme estupenda a toda hora. Ser la protagonista absoluta y sentir que cuando atravieses tu puerta estará nada menos que el mundo esperando por ti. Tener presente que la vida son dos días y de ti depende que sean fabulosos o de mierda. Nadie vive por ti; no lo desperdicies. Sé feliz, ama, sé tu mejor promotor y se generosa. Junta tantos momentos agradables, atesóralos y recurre a ellos cada vez que sea necesario”.

Texto: Tati Ramírez | @tatiramirezsohn
Fotografía: Yerarl Solis | @yerarlsolis
Maquillaje : María José Molina | @mariajosehairandmakeup
Estilismo: Iván Grubessich | @ivangrubessich
Producción: María Z | @mariagabrielazu